Las piernas enreá en la garganta
Media vida con la sensación
de tener las piernas enreás a la garganta
y cuando conseguí bajarlas al suelo
vi que estaba más cerca de lo que imaginaba .
Ya en ese momento,
no había quien me parara
dejé sueltos los cordones de mis labios,
no volví a sentir tacones clavados en el paladar
ni la lengua como la suela de una alpargata.
Ahora vivo feliz
corriendo cuando hay que correr
gritando cuando hay que gritar.