" Lluvia de Manos"
Editorial Padilla. Sevilla, 2007
Yo no estoy de acuerdo con esa frase de que “En la vida hay que sembrar un árbol, escribir un libro y tener un hijo”, y eso que llegado a este punto, yo ya lo he hecho casi todo.
Creo que en la vida hay que hacer estas u otras muchas cosas aunque a veces las tres están algo confusas: hay libros que son como tus hijos, o hijos que son “todo un poema”.
LLUVIA DE MANOS
“Lluvia de manos” es un libro de poemas de amor.
Una lluvia de manos en forma de poemas.
Una lluvia de poemas que acarician como manos.
En esta publicación encontramos la poesía en su manera más primaria, con un lenguaje directo, casi hablado. La rima está en el que la lee, en el que la hace suya.
“Lluvia de manos” son poemas de amor sentido por un hombre al que no le da pereza de decir “…déjame vivirte cerca…” y al que no le da miedo decir “…no me creo todavía que todo esto nos esté pasando”
Son poemas que nacen entre el amor de dos personas que son capaces de mirarse a los ojos y decirse “te quiero desde aquí hasta donde acaba el mar…” y sienten el deseo de hacer el amor de nuevo en el umbral de la puerta. 35 poemas de amor sin sexos, de amor y sexo. 35 poemas de amor a manos llenas…
El libro está dividido en 5 partes:
La primera parte, titulada “Vivirte cerca”, se compone de poemas de amor sentidos y gritados desde dentro, poemas de amor a dos manos.
La segunda parte, “Fonemas de un orgasmo” referencia la importancia de la cercanía de la persona amada, de sus pequeñas cosas que lo hacen grande. Está compuesta por una sucesión de poemas de manos que acarician.
“Boca de madera” son poemas nacidos en mañanas de amor y de espera, en tardes de amor y desánimo, en noches de amor y rabieta. Poemas de sentirse a manos atadas.
La cuarta parte, “Donde hay vida”, está compuesta por poemas nacidos del amor sentido hacia uno mismo, como manera también de compartirse; como la forma de amarse a través de los demás, amar a los demás desde el amor y el respeto a lo que uno es y siente. Son poemas que nacen en el momento justo que te despiertas riendo o te sorprendes hablando solo por la calle. Son poemas de amor mirándose las manos.
La última parte, “El mundo se fue a dormir” son poemas dichos al oído. Poemas como tesoros, como secretos aún si cabe, y que hacen que cada historia sea única. Son poemas de amor, mano sobre mano.
